Las obras y las reformas generan una gran cantidad de residuos conocidos como escombros. Estos escombros son el generados de derribos, movimientos de tierra, y la utilización de materiales de construcción, en muchos casos, terminan sobrando o los mismos embalajes de estos. Entre los escombros más comunes encontramos ladrillos, cemento, restos de hormigón, azulejos, yeso, madera y otros materiales utilizados durante el proceso de construcción. Aunque estos residuos son inevitables en una obra, su gestión inadecuada puede generar múltiples problemas.
Tipos de escombros más comunes en una obra
Escombro limpio
Se refiere a los residuos compuestos por materiales inertes como ladrillos, cemento y azulejos. Estos escombros no contienen sustancias contaminantes, lo que facilita su reutilización o reciclaje.
Escombro sucio.
En este tipo de escombro se encuentran mezclados materiales inertes y otros residuos como plásticos, maderas o papeles. La mezcla de materiales puede complicar su gestión, pues requiere de procesos adicionales de separación para su correcta disposición o reciclaje.
Restos de tierra y piedras
Se generan especialmente en excavaciones y movimientos de tierra, y aunque no son escombros contaminantes, su volumen puede ser considerable.
Residuos peligrosos
En algunas obras, se pueden generar escombros que contengan materiales peligrosos, como el amianto o ciertos productos químicos. Estos requieren una gestión mucho más rigurosa y especializada.
¿Qué problemas son derivados de la mala gestión de los escombros?
Uno de los principales problemas relacionados con la acumulación o mala gestión de escombros en una obra es la ocupación del espacio. Los montones de escombros pueden obstruir el trabajo y ralentizar el progreso de la construcción, además de aumentar los riesgos de accidentes laborales. Los escombros no gestionados también pueden ser arrastrados por el viento o la lluvia, contaminando las áreas circundantes, como aceras, carreteras o zonas naturales. Siendo además un peligro pues algún transeúnte puede resultar herido debido a ellos.
Otro de los problemas derivados debido a la incorrecta disposición de estos residuos puede derivar en sanciones legales, ya que existen normativas específicas para la gestión de residuos de construcción. No cumplir con estas regulaciones puede derivar en multas y otros problemas legales que afecten tanto al propietario de la obra como a los contratistas.
Por otro lado, la falta de reciclaje de estos escombros representa una oportunidad perdida. Hoy en día se pueden reciclar algunos escombros, dándole otra vida útil y así evitando un impacto medioambiental menor, gracias a los procesos de reciclaje.
La importancia de una empresa de alquiler de contenedores y gestión de escombros
Una solución eficaz para la gestión de los escombros de una obra o reforma es el alquiler de contenedores especializados. Al contar con un contenedor adecuado para almacenar y separar los distintos tipos de residuos, se facilita el trabajo en la obra y se evita la acumulación innecesaria de materiales.
El alquiler de un contenedor no solo ayuda a mantener la obra limpia y ordenada, sino que también facilita la disposición final de los escombros de manera legal y responsable. Empresas especializadas en la gestión de residuos, como Prisma Safor, proporcionan contenedores de diferentes tamaños para adaptarse a las necesidades de cada proyecto. Además, se encargan de la recogida de los residuos, su transporte y gestión de manera adecuada.
Este tipo de servicio cumple con las normativas locales y medioambientales, lo que asegura que los residuos se gestionen correctamente y sin generar problemas legales o medioambientales. Al confiar en una empresa profesional, se garantiza que los escombros no solo sean retirados de manera eficiente, contribuyendo a la sostenibilidad del proyecto.
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